CARTA DE UNA MADRE GALLEGA

Querido Hijo:

Te pongo estas líneas para que sepas que estoy viva. Te escribo despacio

porque se que tu no puedes leer de prisa. Bueno, no vas a reconocer la casa

cuando vengas, porque nos hemos mudado.. y aun no te pongo dirección porque

no me la se. Resulta que la ultima familia gallega que vivía por aqui, se

ha

llevado los números para no tener que cambiar de domicilio.

Por fin, hemos enterrado a tu abuelo. Encontramos su cadáver ahora con lo

de

la mudanza, estaba en el armario desde aquel día que nos gano a jugar a las

escondidillas.

De la familia, te contaré que hoy tu hermana, la Julita, tuvo un hijo pero

como todavía no se si es niño o niña, no te puedo decir si eres tío o tía;

su esposo, el Pedro, en cambio anda caminando todo el día con las piernas

arqueadas, como si hubiese montado caballo todo el día, y es que fue al

médico y le detectaron el colesterol alto, por lo que le recomendaron que

los huevos ni los toque. Al que no hemos visto por aca es al tío Venancio,

que murió totalmente el año pasado y su hijo, Jacinto, que te acuerdas que

siempre creyó que era mas veloz que los toros... ya comprobó que no.

Fíjate que estoy preocupada por tu perro Boby, ya que insiste en perseguir

a

los autos detenidos y cada vez esta más chato. Ah, por fin se les ocurrió a

los embotelladores de refresco poner un letrero en las lata que dice:

"Abrase por aqui", en lugar de "Abrir aqui", así que ya no tenemos que

abrirla en el mismo supermercado.

Perdona por la mala letra y las faltas de ortografía, pero me canse de

escribir y ahora le estoy dictando a tu padre, y ya vez como es de bruto!.

Te contaré por otro lado que la ciudad se ha puesto muy peligrosa, anteayer

murieron cuatro personas en un accidente, dos instantáneamente y otros dos

en la reconstrucción de los hechos.

Que crees!!, tu hermano Juancho tiene muchos problemas con el coche, ayer

prendió el intermitente y se fue a quejar con los que le vendieron el auto

porque decía que funcionaba una vez si, luego no, luego otra vez si, y así

sucesivamente..., luego al regresar a casa, cerró el auto con seguro y dejo

las llaves adentro, por lo que tuvo que ir a casa por el duplicado para

poder sacarnos a todos de adentro.

Esta carta la mando con Manolo que mañana va por allá. Hombre!, ojala y

puedas ir por él al aeropuerto. Bueno hijo, si ves a doña Remedios, dale

saludos de mi parte, y si no la ves no le digas nada.

Tu madre que te quiere,

Yo.

P.D.: Te iba a mandar cien pesetas, pero que ya he cerrado el sobre.

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